En un día que va a quedar marcado en la historia del mundo,
de la iglesia y de Argentina; Talleres escribió su propia historia en los
libros del fútbol. Derrotó a Belgrano con gol de Gastón Bottino. En medio de
una multitud la T llevó a cabo su proeza más importante en los últimos 10 años,
y de esta manera la resurrección albiazul parece estar latente.
Se dice que el fútbol no entiende de lógica, que la pasión
muchas veces le gana a la razón y que por más equipo que tengas las ganas, el
orgullo y el amor propio pueden igualar alguna diferencia que pueda existir.
Anoche Belgrano y Talleres, Talleres y Belgrano disputaron
un clásico por la vieja, para nada envidiable con el súper clásico de nuestro
fútbol.
La noche se acercaba
y la gente llegaba al estadio sobre la hora; debido al temprano horario de
comienzo el grueso de los hinchas se ubicaron en cada tribuna tarde. La
“Artime” y la “Gasparini” teñida de
celeste en su plenitud volcaban el duelo de hinchadas a su favor; la “Willington”
y la “Ardiles” tenían un ambiente calmo, expectante y esperanzador, pero
mesurado, como sabiendo bien que los primos eran los amplios favoritos y que
solo un milagro los depositaría en la próxima ronda de la Copa Argentina.
El primer tiempo se transformó dinámico, vertiginoso y muy
vibrante. La B intentaba lastimar con Zapata por la izquierda y con la dupla de
atacantes aprovechando la potencia física de Aquino y la velocidad de Melano.
Por el lado del matador intentó apretar y asfixiar en la salida, Leyes se
convirtió en un león y Klusener y Olivera aguantaron todo los pelotazos que le
llegaban a ese espacio que siempre dejaron los centrales piratas.
Olivera y Klusener tuvieron sus oportunidades, Aquino, Lollo
y Zapata tuvieron también las suyas pero los primeros 45 minutos se fueron
virgen de goles, pero con la sensación de que la B estaba más cerca de
concretar que el albiazul.
La segunda etapa comenzó y la actitud de los “cacho boys”
fue totalmente diferente, los pibes del club, esos que se bancaron todas, esos
que son muy cuestionados por no poder
estar a la altura de los grandes ídolos y que por la necesidad del hincha,
vuelca la presión en ellos, anoche se recibieron de héroes dejando la vida en
cada pelota representando a cada hincha que lo siguió por todos los rincones
del país en este cansador argentino A.
La B sin mucha precisión tiró la jerarquía de los que más
saben de batallas importantes para poder abatir al héroe máximo que tuvo el
partido Diego Aguiar. Zapata, Farré y González fueron los abanderados de cada
avance celeste generando peligro máximo en el área albiazul.
Transitaba la mitad del segundo tiempo y Aguiar salió
jugando con Chávez (el prócer espiritual dentro del rectángulo de juego) lo
ubicó rápidamente a Klusener, el 9 giró con pelota dominada teniendo tres
jugadores piratas a su alrededor, le devolvió la redonda al prócer y el 4 (como
imitando al gran loco Lillo con una mezcla de la chanchita Albornoz con Diego
Gray) lanzó un centro a media altura ubicándolo al Gastón Bottino, el gato
anticipó a Lollo y dejó sin respuesta al seguro Olave. Golazo y delirio T con
una locura muy difícil de explicar.
El partido dio un giro de 180 grados, un resultado impensado
e injusto, porque la B técnicamente fue mucho más, pero las ganas, el hambre de
gloria y el amor propio de los muchachos de azul y blanco llevaron a tapar las amplias diferencias
entre un equipo y otro.
Los últimos 20 minutos no fueron aptos para cardiacos, el
arbitraje de Pompei no fue el mejor y sumando esto, más los nervios de la T y
el empuje desmesurado de Belgrano hicieron que el partido se jugara en campo
matador. La B insistió y buscó por todos los medios; pero Aguiar se encargó de
abortar cualquier intento de gol, la defensa se abroqueló muy bien, los volantes se pusieron el overol y los dos
delanteros entorpecieron cada pelota que se propusieron a entorpecer. Por esto,
porque el futbol no entiende de lógica y porque los milagros muchas veces existen ganó Talleres señores.
Atrás quedaron los años de sufrimientos, en el año del
centenario parece resurgir y despertar el gigante dormido, anoche la T selló un
hecho heroico, una vez más, en la
historia del fútbol cordobés. Ahora con felicidad mesurada Sialle y compañía
deberán cumplir el máximo objetivo que es el ascenso, porque sin ascenso lo
épico quedará en el olvido.
Anoche, después de haber fumata blanca en el Vaticano, hubo
fumata AZUL Y BLANCA, en el templo mayor de nuestra Córdoba amada.
Síntesis:
Talleres: Aguiar;
Cháves, Massena, Bazzi y Santos; Bottino, Leyes, Álvarez y Hong; Olivera y
Klusener. DT: Arnaldo Sialle.
Gol: ST, 24m Bottino.
Cambios: ST, 18m Maximiliano Velasco por Alexis
Olivera (T) y Lucas Zelarayán por Iván Etevenaux (B), 33m Cesar Carranza por
Melano y Cesar Mansanelli por Saravia (B) y 41m Javier Villarreal por Favio
Alvarez y Albano Becica por Ivo Hong (T).
Amonestados: Bazzi, Santos, Masena, Leyes y Cháves (T).
Árbitro: Juan Pablo Pompei. (Malo)
Cancha: estadio Mario Kempes. (Muy buen estado)
Público: 35.000 personas.
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